Conocimiento sin paredes ni tarimas

El profesor de historia del pensamiento político Alberto Carrillo explica a un niño cómo surge el fascismo en Europa

Por Juan Antonio Cañero | Día de fiesta en Sevilla, sol de justicia y con una semana cargada de actividades y reivindicaciones por una universidad pública y de calidad a las espaldas. Los inconvenientes no eran pocos para realizar una jornada de clases al aire libre para toda Sevilla, pero la fuerza de SevillaPara, el colectivo de personal docente, administrativo y alumnos de las dos universidades sevillanas que están en contra del Real Decreto 14/2012, va mucho más allá de eso. 

En el día de San Fernando más de 120 profesores de la Universidad de Sevilla y la Pablo de Olavide trasladaron sus clases de las aulas a los jardines del Cristina para hacer partícipe a toda la sociedad sevillana del conocimiento que se genera dentro de la universidad. A la cita acudieron cientos de jóvenes universitarios, pero el público era mucho más diverso. A las once de la mañana, en el puesto número tres, se escuchaban risas de niños y de personas mayores. Allí se impartía la clase de Matemáticas para niños, donde un grupo de pequeños de menos de diez años resolvían problemas como si de juegos se tratase, mientras que sus abuelos se divertían sólo mirándolos.

También había muchas personas de edad intermedia ajenas a la universidad, buscando respuestas científicas y accesibles a los problemas que ocurren hoy día. Uno de estos grandes problemas es la Economía, disciplina que ocupó muchas de las clases y que tuvo un gran éxito, por ejemplo la de Macroeconomía para sobrevivir a un telediario de David Patiño. Este profesor de historia económica, además de clarificar los términos básicos de la economía que llenan el periodismo de hoy día, explicó a los visitantes el porqué y cómo se ha convocado el parón universitario. Según Patiño "el parón no es una temeridad sino un ejercicio de responsabilidad" por lo que felicitó a los alumnos "por la increíble lección de democracia que nos están dando".

Además de en la economía, muchos de los asistentes buscaban respuestas para muchas de las cuestiones que, siendo más o menos visibles, están en el día a día. Relaciones de poder, Internet, funciones del arte, curiosos experimentos de física y química... Lo especial de estas clases, además de su peculiar ubicación, es que fueron construidas de forma horizontal, donde la explicación del profesor se complementaba con el apunte del alumno y la pregunta del visitante despertaba un tema que todavía no había salido a la luz. 

Las clases se extendieron más allá de sus horas, los alumnos se convertían en profesores de otros compañeros, las risas de los talleres de humor se mezclaban con las reflexiones sobre las teorías políticas del siglo XX. Ayer los jardines del Cristina se convirtieron en una verdadera Universidad plural, interdisciplinar y pública, más pública que nunca. Esta es la universidad que quiere SevillaPara.

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