Han cambiado el mundo

El paro académico de la Universidad de Sevilla se votó en un proceso asambleario de alumnos en los 25 centros que conforman la comunidad universitaria. Superó la mayoría de 2/3 en el Pleno del CADUS que aprobó la acción EN DEFENSA DE LA UNIVERSIDAD PÚBLICA / Fotografía: Juan C. Romero
Las universidades públicas de Sevilla (US-UPO) están siendo objeto de una campaña de manipulación informativa desde las empresas de la información tradicionales (en base a sus intereses económicos y políticos, y en detrimento del deber de informar desde el principio de veracidad y pluralidad a la opinión pública) para distorsionar la realidad y generar la sensación de que los universitarios no desean estudiar. Es una premisa falsa. Los universitarios están estudiando (las bibliotecas y salas de estudias están abiertas, en muchos centros 24 horas) y defendiendo el derecho a estudiar que el Estado debe garantizar. El autor de esta entrada profundiza en el proceso que ha conducido al paro académico:


Por Raúl Solís | Los estudiantes de la Universidad de Sevilla (US) y la Universidad Pablo de Olavide (UPO) han cambiado el mundo. Se han armado de valores intemporales como la libertad, la igualdad o la utopía para reclamar el derecho a la Educación para los hijos de las clases trabajadoras. Cuentan los delegados de los alumnos que cuando convocaron las asambleas pensaron que acudiría la treintena que asiste normalmente a las asambleas estudiantiles.

Nadie pensó que los centros más conservadores, como las Facultades de Derecho, Ingeniería o Química, iban a votar en contra de los recortes y a favor de una huelga indefinida. Para conseguir la gesta, era obligatorio conseguir que 2/3 de las asambleas ratificasen el parón. Y de ahí al Consejo de Alumnos de la Universidad de Sevilla (CADUS), en el caso de la US. Improbable pero no imposible. Se equivocaron todos: los líderes estudiantiles, el profesorado, los universitarios, el rector, los decanos y la prensa. Los jóvenes han vuelto a reivindicar la utopía. La fuerza de sus sueños ha cambiado el mundo, únicamente levantando la mano y ejerciendo el derecho a voto.

En muchas facultades se tuvo que cambiar el lugar inicialmente elegido para la celebración de las asambleas. En principio, habilitaron aulas con capacidad para 200 o 300 personas que se quedaron pequeñas antes de la hora de la convocatoria. Las facultades fueron habilitando, en su mayoría, los salones de actos. Espacios en los que se congregaron más de 1.000 estudiantes cargados de razones. Nadie daba crédito. Las redes sociales empezaron a colapsarse de fotos y relatos que narraban la gesta. Estudiantes que afirmaban estar llorando al constatar que la utopía no estaba muerta. El civismo y el orden en el turno de palabra ya lo quisieran los diputados en el Congreso.

La propuesta inicial de los líderes estudiantiles era organizar la manifestación, contra los recortes en Educación, del 22 de mayo, “la única meta realista que se podía plantear”. Se volvieron a equivocar. La indignación de los estudiantes pedía más contundencia. La prensa ultraconservadora ha conseguido movilizar a unos jóvenes que están siendo diana del fascismo con nudo de corbata. No han causado la crisis y no la quieren pagar. Tampoco son criminales y lo quieren demostrar.

Se fue votando, facultad a facultad hasta completar las 25 facultades de la US y las correspondientes de la UPO, si se paraban las clases durante quince días para exigir al Gobierno una rectificación. Había estudiantes que afirmaban que no tenían nada que perder. Que daban igual los exámenes porque aprobar no les aseguraba poder seguir estudiando el año próximo. Muchos universitarios estudian gracias a la beca. Y saben que este decreto es el fin de sus vidas académicas. Es imposible estudiar sin becas y con las tasas universitarias encarecidas en un 50 por ciento. Son hijos de albañiles en paro, de pescadores amarrados al muelle, de limpiadoras que ganan 700 euros, de funcionarios con sueldos recortados, de parados de larga duración. Son hijos de madres y padres sin formación. De la Andalucía o la Extremadura rural. Son hijos de los pobres. De las clases medias y trabajadoras. Pero, por encima de todo, son jóvenes conscientes, justos y luchadores.

Algunos profesores se solidarizaron con sus alumnos y se comprometieron a hacer la huelga indefinida junto a ellos, renunciando a sus salarios. Las asambleas de la US han sido una lección de dignidad de la generación mejor formada que no tiene ni presente ni, mucho menos, futuro. Ha habido facultades en las que votaron más de 1.200 alumnos y los votos favorables al parón fueron más del 80 por ciento.

La decisión democrática se entremezcló con una banda sonora tan hermosa como poderosa: abrazos a los profesores y entre los alumnos, consignas anti-recortes, aplausos, sonrisas cómplices, miradas de justicia y lágrimas de victoria. Han hecho acto de presencia cuando ya nadie los esperaba. Cuando los daban por aborregados o desinteresados de su porvenir. Al salir de las asambleas, continuaron abrazados, llorando y llenos de futuro: saben que han cambiado el mundo y trastocado los planes de los poderosos, a los que les estorban los hijos de los pobres en la universidad. Los universitarios sevillanos se han convertido en la vanguardia de la lucha estudiantil en el Estado español. Les querían robar la primavera y han cambiado el mundo.


Calendario de actividades del movimiento estudiantil durante el paro académico 

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2 Responses to Han cambiado el mundo

  1. Joder que bonito, se me ha puesto la piel de gallina.

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  2. Hay una cosa que no entiendo y que se hiciera sería muy fácil, al menos para la universidad, llevarse el gato al agua. Tal vez mi ignorancia me hace realizar esta propuesta y es la siguiente:

    - En caso de que sigan adelante con su mierda de reforma toda la masa estudiantil se niegue a pagar las tasas de matrícula el curso que viene (a ver de esa forma de donde sacan sus beneficios).

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